DESARROLLO Y VALIDACIÓN DE UNA VERSIÓN PRELIMINAR DE LA ESCALA DE COMPETENCIA EMOCIONAL EN EL DEPORTE (ECE-D)

 

Arruza J. A.*; Arribas S.*; González O.*; Balagué G.**;
Romero S.*** & Ruiz L. M.****
*Universidad del País Vasco; **Universidad de Illinois, Chicago. ***Universidad Hispalense Sevilla y ****Universidad de Castilla La Mancha

 


 

RESUMEN

El importante papel que juegan las emociones en los contextos deportivos ha sido ampliamente defendido en la literatura sobre psicología del deporte. El objetivo de este estudio es desarrollar y validar un instrumento para evaluar la competencia emocional de los deportistas. La muestra la componen 367 deportistas de ambos géneros pertenecientes a diferentes disciplinas deportivas. Se analizaron los antecedentes y las características psicométricas de la Escala de Desarrollo Emocional (Schutte, Malouff, Hall, Haggerty, Cooper, Golden y Dornhein, 1998). Los resultados obtenidos confirmaron en términos generales el modelo de cuatro factores propuesto por los autores originales y además, plantea la posibilidad de incluir mejoras sustanciales del cuestionario para futuras versiones relacionadas con su aplicabilidad.
PALABRAS CLAVE: Emociones, empatía, autocontrol, actividad física, deporte, competencia emocional.

 

ABSTRACT

The relevant role of emotions in competitive contexts has been widely supported in the sport psychology literature. The aim of this study was to create a valid measure of emotional development in sports. The sample is composed by 367 sportsmen/women belonging to different sporting disciplines. Analyses were performed about the antecedents and the psychometric properties of the Emotional Development Scale (Schutte, Malouff, Hall, Haggerty, Cooper, Golden & Dornhein, 1998). Results showed that, in general terms, the initially proposed four factor model was supported. Implications for considering the improvement of the applicability questionnaire are advanced.
KEY WORDS: Emotions, empathy, self-control, physical activity, sports, emotional competence

 


INTRODUCCIÓN

A pesar de que actualmente la inteligencia emocional es uno de los temas de mayor estudio e interés dentro de la Psicología, todavía existen pocos instrumentos específicos de medida del mismo. En lo que hace referencia al ámbito deportivo, y mediante el presente estudio, se trata de construir una escala que aporte información sobre el nivel de desarrollo emocional de los deportistas a partir de la escala de Schutte, Malouff, May, Haggerty, Cooper, Golden y Dornhein (1998). Hay que tener en cuenta que la inteligencia emocional es una metahabilidad, que permanece latente en el sujeto y que lleva a la conclusión de que no es algo directamente observable, a menos que se produzcan comportamientos ante una determinada situación.

El término de inteligencia hasta hace unos años sólo se trataba desde el punto de vista del uso adaptativo de la cognición, (Wechsler, 1939; Piaget, 1972). Pero posteriormente, dicho término empezó a tomar una orientación más bien general, para así poder tener una compresión más global (Gardner, 1983; Sternberg, 1989), siendo finalmente popularizado y aceptado (Goleman, 1995, 1998).

En su inicio Gardner (1983) planteaba la existencia de 7 tipos diferentes de inteligencia: inteligencia musical, kinestésica–corporal, lógico-matemática, lingüística, intrapersonal e interpersonal, señalando que dentro de esta clasificación elaborada hay dos tipos de inteligencias muy relacionadas con la competencia social, y hasta cierto punto emocional. Él se refería a la inteligencia interpersonal e intrapersonal, definiendo la primera como la habilidad para conocer uno mismo sus propias emociones y la segunda como la habilidad para entender las emociones y las intenciones de otros individuos.

Por otro lado, Salovey y Mayer (1990), que fueron los primeros en utilizar el término de “Inteligencia Emocional”, para explicar por qué algunas personas parecen ser más “emocionalmente competentes” que otras, y la definieron como “un tipo de inteligencia social que incluye la habilidad de supervisar y entender las emociones propias y las de los demás, discriminar entre ellas, y usar la información para guiar el pensamiento y las acciones de uno”. También indicaron que constaba de tres categorías de habilidades adaptativas: valoración y expresión de la emoción, regulación de la emoción y la utilización de las emociones para solucionar los problemas (Mayer y Salovey, 1993).

Asimismo, Goleman (1995), en su publicación, presentó numerosas correlaciones de la inteligencia emocional con otras capacidades y habilidades sociales, por lo que se amplió el concepto para introducir uno social y específico, referido a la comunicación de las habilidades influenciado por el entendimiento y la expresión de las emociones.

Más recientemente Mayer y Salovey (1997) expusieron un modelo revisado que le da mayor énfasis a los componentes cognitivos y a la conceptualización de la inteligencia emocional. Este modelo está compuesto por cuatro dimensiones:

a) percepción, valoración y expresión de la emoción, b) facilidad emocional del pensamiento, c) entendimiento, análisis y empleo del conocimiento intelectual y d) la regulación reflexiva de las emociones para un desarrollo posterior emocional e intelectual.

Actualmente existen varias escalas e instrumentos que intentan medir el nivel de inteligencia emocional, como el inventario de cociente emocional EQ-i (Baron, 1996), que es un auto-informe de medición que comprende 133 items agrupados en 15 escalas distintas y que se desarrollaron basándose en la experiencia profesional del autor. Esta escala incluye algunas medidas como: autoconciencia emocional, asertividad, autoestima, autoactualización, independencia, empatía, relación interpersonal, responsabilidad social, resolución de problemas, examen de la realidad, tolerancia al stress, control impulsivo, felicidad y optimismo.

También, existen instrumentos de validación de otras capacidades que pueden ser componentes de la inteligencia emocional. Por ejemplo, la escala Toronto Alexithymia Scale (TAS-20) Bagby, Parker y Taylor (1994) mide las dificultades para identificar y describir sentimientos y el MSCEIT Test de Inteligencia Emocional de Mayer, Salovey y Caruso (1999) que mide diferentes dimensiones, la percepción emocional, la facilitación emocional, comprensión emocional y manejo emocional. Para una mayor revisión de los instrumentos de medida de la inteligencia emocional, consultar Extremera, Fernández-Berrocal y Mestre 2004.

El marco teórico de la presente investigación se sitúa en el concepto cohesivo y global de Inteligencia Emocional de Salovey y Mayer (1990), partiendo de un instrumento ya validado en el campo de la psicología general cómo es el Test de Inteligencia Emocional de Schutte y colaboradores (1997).

Se propone validar una primera versión del cuestionario EDED elaborado por Arruza, Arribas, González, Balagué y Romero (2001), en relación a la actividad física y al deporte y comprobar las cualidades psicométricas de este instrumento para determinar su fiabilidad a la hora de medir el desarrollo emocional en el ámbito de la actividad física y el deporte.

MÉTODO

Sujetos

La muestra empleada para la validación y tipificación de esta escala, está compuesta por 367 sujetos, cuya media de edad se sitúa en los 23 años y su desviación típica es de 5.54 años. Un 69.5% esta constituido por hombres y 112, un 30.5% son mujeres. Asimismo establecimos 4 categorías en función del nivel del deportista, local, autonómico, nacional e internacional. Observamos que un 31.3% de los deportistas a los que se les administró la escala participaban en competiciones nacionales, un 25.9% realizaban competiciones a nivel autonómico, un 21.6% se desenvolvían a nivel local y otro 21.3% participaba en competiciones internacionales. Todos los participantes eran deportistas de alguna modalidad deportiva, el deporte con mayor representación dentro de la muestra seleccionada es el fútbol, seguido de judo , atletismo y baloncesto. Cabe destacar que un 52.2% de los sujetos de la muestra practicaban deportes de tipo colectivo mientras que un 47.8% practicaban modalidades deportivas de carácter individual.

Procedimiento

Todos los participantes en el estudio rellenaron de forma voluntaria el cuestionario. La toma de datos se realizó de forma individual o en pequeños grupos y siempre era supervisada por un colaborador. Se indicaba a los sujetos la forma de rellenar el auto informe y se les dejaba un período de tiempo para llevarlo a cabo. La recogida de datos, se llevó a cabo entre Marzo de 2002 y Diciembre de este mismo año.

Instrumental

Para la elaboración de dicha escala fue preciso decidir que dimensiones eran las más relevantes en el estudio del desarrollo emocional de las personas, para ello se revisaron diferentes instrumentos al respecto, y el cuestionario que definitivamente se empleo para adaptarlo al ámbito de la actividad física y el deporte fuela Escala de Inteligencia Emocional de en Schutte, Malouff, Hall, Haggerty, Cooper, Golden y Dornhein (1997) en su versión traducida al castellano realizada por Eliseo Chico (1999). El desarrollo de esta escala está basado en el modelo original de Salovey y Mayer y en el modelo revisado de los mismos autores (1997), ya que consideran que este modelo es el más comprehensivo y cohesivos del concepto inteligencia emocional y el que mejor conceptualiza las distintas dimensiones en el momento actual del desarrollo emocional del sujeto.

La versión inicial de este cuestionario adaptado al deporte, contó con 26 items presentados en una escala de tipo Likert de 5 puntos donde el 1 significaba “Muy en desacuerdo” y el 5 “Totalmente de acuerdo”, que se agrupaban en torno a una factorización teórica de 4 factores: “Control emocional”(este factor recoge la capacidad de controlar las emociones durante la competición) , “Reconocimiento emocional” (estudia la capacidad que tiene el deportista de reconocer sus propias emociones) , “Utilización de las emociones cara a la resolución de problemas”(incluye los componentes de planificación flexible, pensamiento creativo, atención y motivación dirigida y respuestas anticipatorias de éxito) y “Empatía” (la habilidad para ser consciente y apreciar los sentimientos de nuestos rivales y compañeros en el transcurso de la competición).

RESULTADOS

Validez de constructo

Se comprobó que la estructura factorial de la escala coincidía con las 4 dimensiones descritas. Empleamos para ello un análisis factorial confirmatorio mediante el programa AMOS 5.0. Los parámetros del modelo original, fueron estimados mediante el criterio de Máxima Verosimilitud. En la tabla 1, se recoge la información proporcionada por algunos de los índices de ajustes más utilizados (García Cueto, Gallo y Miranda, 1998; García, Ruiz y Abad, 2003; Sandín y otros, 2003; Varela, Boubeta y García, 2003).

Tabla1. Índices de ajuste para el modelo original y reespecificado.

 

χ2

p

RMR

RMSA

GFI

AGFI

NFI

CFI

Modelo original

635.48

<.001

0.062

0.058

0.87

0.84

0.65

0.77

Reespecificado

110.16

0.19

0.042

0.019

0.96

0.95

0.85

0.98

 

Además del Chi cuadrado, se han considerado de manera complementaria otros índices como el GFI (Goodnes of Fit Index), RMR (Rot Mean Residual), RMSA (Root Mean Square Error of Approximation), NFI (Normed Fit Index), y el CFI (Comparative Fit Index). En el caso del GFI, NFI y CFI se consideran valores adecuados por encima del 0.90; y en el caso del RMR y RMSA por debajo de 0.05 (Varela, Lévy y Abad 2003).

 

Figura1. Parámetros estimados para el modelo original

 

El escaso ajuste alcanzado a nivel global, junto con algunas saturaciones cruzadas no deseables sugeridas por los índices de modificación facilitados por el programa, aconsejaba introducir cambios en el modelo original (figura 1), eliminando algunos de los items. Eliminar items para mejorar la estructura factorial de un instrumento, se considera un proceso legítimo en una medida de evaluación, ya que se conserva la estructura general del modelo formulado originalmente, pero únicamente con los indicadores más convenientes.

En comparación con la escala inicial, se ha conseguido una medida más parsimoniosa del constructo que sigue encajando con la concepción teórica que defendía la existencia de 4 dimensiones, obteniéndose evidencias de su función discriminante, en el sentido de que cada factor mide un componente del modelo relativamente diferente (figura 2).

 

Figura 2.Parámetros estimados para el modelo reespecificado.

 

Estructura interna

Para contrastar de forma empírica nuestra hipótesis respecto a la estructura interna del instrumento, se llevó a cabo un análisis factorial de componentes principales. Se obtuvieron unos índices de adecuación muestral de Kaiser aceptables, por encima de de 0.75, lo que hace que continuar con el análisis sea adecuado, Visatua, Martori (2003). A pesar de que obtuvimos 5 factores con valores propios iguales o superiores a la unidad, optamos por conservar 4 porque explicaban un 46.54% de la varianza total y además se quería mantener el modelo de 4 factores planteado. Las saturaciones en los 4 factores fueron claras para los items que constituían cada factor y confirmaban el modelo obtenido con el análisis AMOS 5.0.

 

Tabla2. Cargas y saturaciones factoriales de los items de la escala.


Items

Cargas factoriales

1

2

3

4

1.Soy consciente de mis emociones

.636

 

 

 

2.Reconozco las emociones que los adversarios están sintiendo mirando las    expresiones; tanto faciales como corporales

 

 

 

.812

3.Ante una competición me siento mentalmente relajado

 

.709

 

 

4.Cuando me enfrento a situaciones adversas, recuerdo similares situaciones que he superado.

 

 

.662

 

5.Aunque la situación de la competición sea adversa, soy capaz de controlar los pensamientos negativos y afrontar positivamente la competición

 

.674

 

 

6.Ante una competición, casi siempre sé exactamente como me siento

.660

 

 

 

7.Cuando estoy de buen humor resuelvo las situaciones de la competición fácilmente

.270

 

 

 

8.Durante la competición soy consciente de los mensajes no verbales que envían los demás

 

 

 

.799

9.Ayudo a mis compañeros a que se sientan mejor cuando competimos

 

 

 

.469

10.Ante una competición se porque cambia mi estado de ánimo

.624

 

 

 

11.Me automotivo imaginando un buen desenlace de las tareas que enfrento

 

 

.728

 

12.Cuando me enfrento a una competición controlo mis emociones

 

.651

 

 

13.Me es fácil reconocer mis emociones tanto en el entrenamiento como en la competición, cuando las estoy sintiendo

.739

 

 

 

 14. En una competición intento tener buenos pensamientos y sentimientos y no preocuparme de lo mal que me siento

 

 

.415

 

15. Cuando tengo que rendir bajo presión me siento seguro

 

.611

 

 

16. Disfruto cuando siento mis emociones en determinados momentos de la competición

 

 

.675

 

Autovalores

3,17

1,74

1,30

1,22

Alpha

.56

.62

.60

.52

 

Fiabilidad

Para analizar la fiabilidad del cuestionario, se utilizó el coeficiente alpha de Cronbach (1951), considerado el más adecuado para instrumentos cuya puntuación final se obtiene mediante el proceso sumativo o de acumulación de puntos Nunnally (1976). Se obtuvo un coeficiente de 0,71 que es indicativo de la consistencia del instrumento. El resto de subescalas del cuestionario, oscilan entre 0,62 la más consistente y 0,52 la que menos consistencia muestra, se considera que en estas etapas iniciales sobre medidas hipotéticas de un constructo, basta con índices de este tipo, Nunnally (1976).

Tabla 3. Índices de fiabilidad de la versión reespecificada de la escala

 

Control emocional

Reconocimiento emocional

Utilización emocional

Empatía

Escala Total

Modelo reespecificado

0.62

0.60

0.56

0.52

0.71

 

DISCUSIÓN

El interés principal de esta investigación se ha centrado en el desarrollo de un instrumento que midiera el nivel de competencia emocional en el ámbito de la actividad física y el deporte, a partir del modelo general de Schutte y colaboradores (1997), buscando su fiabilidad y validez a la hora de aplicarlo en el contexto señalado.

La inteligencia y el desarrollo emocional ha pasado por diferentes etapas a lo largo de la historia reciente de las ciencias sociales. Desde momentos en que lo único importante y valorado era la respuesta observable del sujeto, principios del siglo XX, sin tener en cuenta los procesos internos como las emociones o la motivación, hasta la década de los 90 en que gracias a autores como Goleman el constructo, pasó a un primer plano y empezó a considerarse su presencia en prácticamente todos los ámbitos de la vida.

Es un constructo dinámico que inunda el conjunto de actividades relacionadas con la práctica deportiva, la conciencia de la propia realidad, los sentimientos, la satisfacción, el optimismo, la asertividad y los procesos decisionales son, entre otros aspectos, los elementos que llenan de contenido este concepto.

Con el presente estudio y dada la importancia que tiene el aspecto emocional en el rendimiento deportivo, se ha tratado de elaborar una escala que permita discernir entre los diferentes componentes y procesos emocionales que se dan en este contexto tan particular.

Los resultados obtenidos en el presente estudio, permiten presentar una escala de 16 items con una fiabilidad y validez aceptables. El empleo del análisis factorial confirmatorio, ha permitido comprobar que la escala encaja con el modelo teórico propuesto inicialmente (con 4 dimensiones: reconocimiento emocional, control emocional, utilización emocional y empatía), apoyado en la bibliografía de este ámbito y en la opinión de diversos expertos. Además, en el análisis factorial de componentes principales también se ha mantenido las mismas dimensiones que, en ambos casos, se corresponden con dicho modelo teórico.

Esto nos permite afirmar que esta herramienta, dada su especificidad y su tamaño reducido, podrá ser utilizada para identificar y valorar el desarrollo emocional en el contexto de la práctica deportiva, y para conocer el impacto que los agentes implicados en dicha práctica puedan ejercer en los participantes, es decir, la influencia que generan los comportamiento de los padres, de los iguales y de los entrenadores en dicho desarrollo.

Es cierto que todavía se puede mejorar algunos índices psicométricos con nuevos estudios, fundamentalmente aquellos relacionados con la fiabilidad del instrumento, pero también se considera que la construcción de este instrumento es un hecho prometedor de cara a comprender algún día el funcionamiento de este constructo, así como la forma de interactuar con otras variables en este ámbito.

El presente estudio pretende reforzar y profundizar esta línea de investigación con la que se pretende conocer y establecer el tránsito o la influencia existente entre variables psicosociales con el desarrollo emocional, tan estrechamente unidos. Se ha partido de modelos teóricos que no son específicos del contexto deportivo, por lo que probablemente se deberá tener en cuenta en el futuro toda una serie de características específicas de este aspecto, y se deberá esclarecer la relación entre un constructo como la inteligencia emocional y los procesos cognitivos que se dan en un ámbito tan particular como es el perteneciente al anteriormente señalado.

Sólo cuando verdaderamente comprendamos estas interacciones, estaremos en condiciones de afirmar que nos encontramos cerca de entender los procesos emocionales que se dan durante la práctica de la actividad física y el deporte.

 

 

REFERENCIAS

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Bar-On, R. (1996). The emotional Quotient Inventory (EQ-I): A test of emotional intelligence. Toronto: Multi-Healt Systems.

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Goleman, D. (1995). Inteligencia Emocional. Barcelona: Kairós.

Goleman, D. (1998). La práctica de la Inteligencia Emocional. Barcelona: Kairós.

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Sandín, B., Chorot, P., Santed, M.A. y Valiente, R.M. (2003). Análisis factorial confirmatorio del Indice de Sensibilidad a la Ansiedad para niños. Psicothema,14, 333-339.

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Varela, J., Lévy, J.P., y Abad, J. (2003). Análisis multivariable para las ciencias sociales. Madrid: Pearson Educación.

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Wechsler, D. (1939). The measurement of adult inteligence. Baltimore, MD: William and Wilkins.

 

ANEXO 1

ITEMS DE LA VERSION FINAL DEL CUESTIONARIO DE ESTILO DE DECISION EN EL DEPORTE (CETD)

Instrucciones para el/la deportista:

Estimado/a deportista

A continuación te presentamos una serie de frases que están relacionadas con tu forma de pensar, sentir y actuar en tu deporte. No se trata de ningún examen, por lo tanto, no existen frases mejores o peores, sino tus propias respuestas, siempre que éstas sean sinceras. Te solicitamos que te expreses libremente y de manera totalmente personal. Normalmente cada deportista es diferente a los demás y, por lo tanto, puede pensar y actuar de manera diferente. Lo que deseamos conocer es qué piensas, qué sientes y qué haces ante situaciones de diferente complejidad en tu deporte. Por ello, te pedimos que leas atentamente cada una de las frases de esta lista y nos indiques con sinceridad tu grado de acuerdo o desacuerdo con ellas. El 1 es el máximo desacuerdo con la frase y el 4 el máximo acuerdo. Rodea con un círculo el número que más se acerque a tu opinión.

No es necesario que pongas tu nombre. Te aseguramos que todas tus respuestas serán tratadas de manera confidencial y consideradas en el más absoluto anonimato, respetando tu derecho a la intimidad. Gracias por tu amable colaboración.

Items

1. Sé que soy capaz de decidir en el juego mejor que el resto de miscompañeros/as de equipo. (CDP)
2. Antes de salir al campo me pone nervioso/a recordar los errores de otros partidos anteriores. (AAD)
3. Me tomo muy en serio los consejos tácticos de mi entrenador/a.(CAD)
4. Creo que soy mejor que la mayoría de mis compañeros/as tomando decisiones en el partido. (CDP)
5. El recuerdo de los errores realizados en otros partidos, me suelen frenar a la hora de tomar decisiones. (AAD)
6. Siempre sigo los consejos de mi entrenador/a. (CAD)
7. Pienso que poseo mejores cualidades que mis compañeros/as para decidir y tomar la iniciativa. (CDP)
8. A menudo me preocupa la derrota antes de salir al campo de juego.(AAD)
9. Es necesario decidir según el plan táctico del entrenador/a. (CAD)
10. Me gusta decidir más que mis compañeros/as de equipo.(CDP)
11. Me agobia tener que decidir bajo presión.(AAD)
12. Sigo al pie de la letra las tácticas que mi entrenador/a propone ante del partido. (CAD)
13. Cuando salgo al campo tengo la sensación de ser superior, de ser mejor que mis compañeros/as y que mis oponentes.(CDP)
14. A menudo me preocupa perder antes de salir al campo de juego. (AAD)
15. Me concentro mucho en lo que hago. (CAD)
16. Mis entrenadores siempre me han considerado un jugador de gran inteligencia en el juego. (CDP)
17. Cuando fallo al decidir me gustaría desaparecer del campo de juego. (AAD)
18. Tengo paciencia suficiente para entrenar y mejorar mi capacidad de decidir en el juego.(CAD)
19. He recibido felicitaciones con frecuencia por ser mejor que mis compañeros decidiendo en los partidos. (CDP)
20. Cuando estoy ante un equipo superior me pongo nervioso/a, y no decido como me gustaría. (AAD)
21. Puedo llegar a entrenar muy duramente si veo que mi capacidad de tomar decisiones en el juego mejora. (CAD)
22. Me gusta tomar decisiones arriesgadas. (CDP)
23. Cuando llega la hora de tomar una decisión importante en el partido, a menudo vacilo porque temo cometer errores. (AAD)
24. En los entrenamientos me preocupo de aprender a decidir en las situaciones de juego. (CAD).
25. Me gusta tomar varias decisiones seguidas. (CDP)
26. Me pone nervioso tener que tomar la iniciativa en el juego. (AAD)
27. Me planteo las opciones que mi oponente puede tomar.(CAD)
28. Siempre he sido bueno/a tomando decisiones arriesgadas en el juego, sin apenas esforzarme en ello. (CDP)
29. En situaciones de responsabilidad muy elevada, prefiero que decidan otros compañeros/as. (AAD)
30. Si veo la solución de la jugada, la llevo a cabo.(CAD)

CDP= COMPETENCIA DECISIONAL PERCIBIDA

AAD= ANSIEDAD Y AGOBIO AL DECIDIR

CAD= COMPROMISO EN EL APRENDIZAJE DECISIONAL